Ubicada a menos de 90 minutos del Aeropuerto Internacional de Guanacaste por carreteras completamente pavimentadas, esta extraordinaria propiedad abarca más de 450 hectáreas (más de 1,100 acres) de terreno en la costa noroeste de Costa Rica. Décadas de esfuerzos de conservación han preservado su belleza natural, creando un equilibrio único entre ecosistemas protegidos y potencial de desarrollo.
La finca cuenta con dos playas de arena blanca con aguas tranquilas y cristalinas, protegidas de los vientos predominantes, además de un acceso peatonal a una playa vecina. Adyacente a otra playa respaldada por tierras de conservación nacional, este tramo de costa permanece muy tranquilo durante todo el año.
Con elevaciones suaves que no superan los 300 metros, la propiedad ofrece vistas panorámicas al mar y a las montañas, ideales para sitios de construcción en diferentes puntos del terreno. Un estudio detallado está disponible para compradores calificados, con diversas zonas designadas para desarrollos de bajo impacto, hospitalidad y proyectos residenciales.
Una hermosa casa rústica con piscina, ubicada a pocos minutos caminando de la playa, permite vivir de inmediato en la propiedad. También cuenta con bodegas, instalaciones de mantenimiento, vivienda para el personal y senderos que recorren el terreno.
Al ser un bosque tropical seco y contar con un estuario de manglar, la propiedad alberga una rica flora y fauna. Actividades como snorkel, buceo y pesca se pueden disfrutar directamente frente a la propiedad, mientras que el Parque Nacional Santa Rosa se encuentra muy cerca, con todo lo que ofrece tanto en tierra como en el mar.
Esta región al norte del Aeropuerto de Guanacaste muestra creciente interés e inversión, pero conserva un ambiente tranquilo, sin tráfico y con fácil acceso a numerosas playas a entre 5 y 20 minutos. Disfrute de una fresca brisa marina durante todo el año, permaneciendo a la vez protegido de los fuertes vientos estacionales característicos del área.
A lo largo de la costa, una zona designada como patrimonio natural garantiza la protección y belleza del entorno en forma perpetua, preservando este raro santuario costero para las generaciones venideras.
Ubicada a menos de 90 minutos del Aeropuerto Internacional de Guanacaste por carreteras completamente pavimentadas, esta extraordinaria propiedad abarca más de 450 hectáreas (más de 1,100 acres) de terreno en la costa noroeste de Costa Rica. Décadas de esfuerzos de conservación han preservado su belleza natural, creando un equilibrio único entre ecosistemas protegidos y potencial de desarrollo.
La finca cuenta con dos playas de arena blanca con aguas tranquilas y cristalinas, protegidas de los vientos predominantes, además de un acceso peatonal a una playa vecina. Adyacente a otra playa respaldada por tierras de conservación nacional, este tramo de costa permanece muy tranquilo durante todo el año.
Con elevaciones suaves que no superan los 300 metros, la propiedad ofrece vistas panorámicas al mar y a las montañas, ideales para sitios de construcción en diferentes puntos del terreno. Un estudio detallado está disponible para compradores calificados, con diversas zonas designadas para desarrollos de bajo impacto, hospitalidad y proyectos residenciales.
Una hermosa casa rústica con piscina, ubicada a pocos minutos caminando de la playa, permite vivir de inmediato en la propiedad. También cuenta con bodegas, instalaciones de mantenimiento, vivienda para el personal y senderos que recorren el terreno.
Al ser un bosque tropical seco y contar con un estuario de manglar, la propiedad alberga una rica flora y fauna. Actividades como snorkel, buceo y pesca se pueden disfrutar directamente frente a la propiedad, mientras que el Parque Nacional Santa Rosa se encuentra muy cerca, con todo lo que ofrece tanto en tierra como en el mar.
Esta región al norte del Aeropuerto de Guanacaste muestra creciente interés e inversión, pero conserva un ambiente tranquilo, sin tráfico y con fácil acceso a numerosas playas a entre 5 y 20 minutos. Disfrute de una fresca brisa marina durante todo el año, permaneciendo a la vez protegido de los fuertes vientos estacionales característicos del área.
A lo largo de la costa, una zona designada como patrimonio natural garantiza la protección y belleza del entorno en forma perpetua, preservando este raro santuario costero para las generaciones venideras.