Quinta da Coturela: elegancia rústica y potencial duradero. Enclavada en los tranquilos pliegues de las colinas circundantes en el norte de Portugal, a sólo una hora de la ciudad de Oporto y de su aeropuerto internacional, y a poca distancia de las playas atlánticas de Esposende, esta es una propiedad donde convergen autenticidad, alma y promesa. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX, cuando la pieza central de la finca -una noble casa señorial tallada íntegramente en granito macizo- fue el primer testimonio de la perdurable artesanía de la región. La propiedad se amplió respetando la tradición local, creando una residencia que combina a la perfección el encanto rústico con la sofisticación moderna. Entre sus muros de piedra, cada habitación revela un capítulo de la historia vivida. El voluminoso salón, coronado por una imponente chimenea de granito, se convierte en el punto de encuentro natural, un lugar donde el parpadeo de la luz del fuego aviva las conversaciones, invitando a veladas de comidas compartidas y cosechas celebradas. En la cocina, el corazón de la casa, una cocina Smeg coexiste con una cocina tradicional de leña, evocando la profundidad y autenticidad de la herencia culinaria de Portugal. Una acogedora sala de TV, apartada pero acogedora, ofrece un refugio para momentos más tranquilos, a veces calentado por una chimenea, a veces refrescado por el equipo de aire acondicionado, un motivo recurrente en toda la casa. La zona privada prolonga el ambiente de elegancia y confort. La suite principal cuenta con una chimenea. Una segunda suite ofrece a los huéspedes o a la familia el mismo nivel de refinamiento, mientras que otros dos dormitorios comparten un cuarto de baño cuidadosamente decorado. En toda la casa, los azulejos pintados a mano de Vila de Lamego rinden homenaje al arte regional. Más allá de la residencia principal, la propiedad se extiende a viñedos en plena producción. En el resto de la finca, una casa de cuidador de dos dormitorios ofrece alojamiento independiente, mientras que una bodega tradicional y un anexo agrícola, equipado con un tractor y espacio para almacenar leña, garantizan las necesidades operativas de la propiedad. Una discreta piscina, perfectamente integrada en el paisaje natural, proporciona frescor bajo el sol del verano, complementada por un anexo de apoyo cercano. La propiedad también dispone de un enorme almacén con espacio para 10 coches. Una finca con alma que espera su próximo guardián.